lunes, 16 de mayo de 2016

Cire Troudon



Pues os lo voy a contar porque de verdad que es muy interesante y aunque os importe una M, os va a entretener leerlo. Entenderéis porqué estas velas valen un ojo de la cara. Yo declaro y admito, que si pudiera soltar así plas taitantos  como cuando voy a poner el euro en el mostrador de la panadería por la baguette, no lo dudaría.

Cuenta la leyenda, que los últimos instantes de vida de Luis XVI antes de que se lo cepillasen en la guillotina, fueron alumbrados por las velas de Cire Troudon.
Éste, fue el fabricante de cera más antiguo del mundo. Claude Trudon, que digo yo que sería su hijo, heredó una tienda de ultramarinos en París donde también se vendía velas y cirios para las iglesias. Total, que este negocio con el tiempo, pasó a manos del hijo (de Claude) que entró en la corte del Rey Sol en calidad de boticario y destilador de la Reina. En 1737 compró una fábrica de cera y en la fachada de ésta, se leía una frase que se convertiría en la divisa de la casa: "Deo, regique laborant" o lo que es lo mismo "Ellas (las abejas), trabajan para Dios y para el Rey". Casi nada ¿eh?. A si que el hijo del hijo del hijo, fue proveedor de la corte de Luis XVI y también de Napoleón que el muy usmias y tiñoso, solo hizo un regalo a su hijo cuando nació (bueno por lo menos); una vela Trudon con su efigie.
Tras sobrevivir a la Revolución Francesa, su reputación y su buen hacer fueron  todo menos desconocidos; solo utilizaban las mejores cosechas de las colmenas del reino e importaban los mejores algodones para sus mechas. A día de hoy, siguen fabricadas a base de aceite de palma, soja y copra (pulpa seca de coco). Sus recipientes, están soplados a mano por artesanos de Vinci, Italia. La calidad de sus velas es tal, que no producen ni humo ni crepitan y, están libres de parafina e ingredientes asquerosos. El caso es que cayó en el anonimato durante el siglo XX pero Sofía Coppola usó sus velas en el rodaje de María Antonieta y a la, otra vez hacer caja.

Vale vale, os lo digo!!!!!! la normal, la del vasito de 270 gr. de toda la vida, vale 65 ó 70 euros y la que viene en el vasito gold, la friolera de 200€. ¿Y dónde las venden? que ya sé yo que vais a salir cual cohete a comprar de docena en docena, pues yo las he visto en Le Secret du Marais en la Calle Hortaleza 75 aquí en Madrid.
La que a mí me volvía loca (y me vuelve), es "Abd el Kader". El primer golpe olfativo, tiene notas de menta, limón, manzana, jengibre...después estos aromas "bajan" y sobresale el de el jazmín para pasar, a unas connotaciones suaves de vainilla (ojo que esta descripción es mía). Una brutalidad maravillosa, de verdad os lo digo.

De manera que, estas joyas olfativas son imprescindibles en todo lugar que sea catalogado de lujoso.
¿Será mi casa también lujosa ;-)?.

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