viernes, 7 de octubre de 2016

Ni quito ni pongo rey

Hola a tod@s, hoy vengo con la historia que hay detrás de esta frase que habréis oído e incluso usado en muchas ocasiones. 
Habla del deber, de la fidelidad, donde no se juzga si los actos cometidos por una tercera persona son correctos o no. No hay duda; hay que hacer, lo que hay que hacer (siempre cuando hay dinero de por medio).

Y la historia dice así:

Apodado como "El Cruel", Pedro I de Castilla se ganó a pulso dicho apodo que pasó a la historia. Se educó en el odio más absoluto a la amante de su padre y a sus hermanos bastardos y, cuando heredó el trono de Castilla, se frotó las manos y dijo: "que empiecen los juegos".
Metió en chirona a Dña. Leonor (la amante de su padre) y después la asesinaron. No contento con ello, se dedicó a ir cepillándose a todos sus hermanastros pero hubo uno que sobrevivió, Enrique, el cual fue educado bajo la tutela del Conde de Trastámara.
Obviamente no se podían ver ni en pintura y estaban con el machete entre los dientes día tras día. A ninguno de los dos les faltaban apoyos y empezaron a librar batallas por toda Castilla en su carrera por el trono, dando lugar así a la I Guerra Civil Castellana.
Pedro tenía el apoyo de los ingleses, comandados por el "Príncipe Negro" (se llamaba Eduardo y fue el primer Duque de Cornualles y el primer Príncipe de Inglaterra aunque nunca llegó a ser Rey). 
Y Enrique, contaba con el apoyo de los franceses, entre los que se contaba con el no menos famoso Bertrand Du  Guesclin (como curiosidad os cuento que al parecer en los retratos nunca aparecía con una espada porque se le daba fatal con lo cual, él luchaba con un enorme hacha. Comodísimo).
Total, que ya al final tuvieron la de Dios es Cristo en el campo de Montiel y salió ganando Enrique (el bastardo). Y Pedro I, se tuvo que refugiar en el castillo de la localidad y allí quedó sitiado.
Entonces no se le ocurrió otra cosa al lumbrera, que intentar comprar a Bertrand (la mano derecha de Enrique) para que se pasara a su bando y dejar que pudiese marchárse ya que éste era el encargado de vigilar el sitio
Claro, pues el otro le fue con el cuento de la oferta y la demanda de toda la vida: 

- "Oye Quique, que mira lo que me dice este, que me da una pasta si me paso a su bando y dejo que se largue."

Y como Enrique, valoraba mucho a su empleado Bertrand le contestó:

-"Anda anda...tú quédate aquí que estás más guapo" (y debía ser más feo que un cartón meao por lo que cuentan), "pero por si acaso, te voy a pagar lo mismo si consigues traer a mi hermanastro a mi tienda" (la de dormir no la de ultramarinos).

A si que, allá que se encontraron los súper hemanastros volviendo a tener una pelotera tipo Sálvame pero con espadas de por medio. La reyerta la iba ganado Pedro y consiguió ponerse encima de su hermanastro Enrique. Cuando se dispuso a apuñalarlo, Betrand intervino y sujetó de la pata a Pedro haciéndolo girar de tal manera, que el bastardo aprovechó la coyuntura y le dio el estoque mortal.

Total, que el francés Bertrand justificó su jugada diciendo:

"Ni quito ni pongo Rey, yo solo ayudo a mi Señor".

P.D.: Luego yo me imagino, que a su jefe le diría mientras sujetaba el cazo: "Oye Quique, suelta la gallina que es era en lo que habíamos quedado aunque, por salvarte el pescuezo me tienes que dar un 90% en concepto de comisión".
Entonces pasaría lo que pasa siempre; que Quique no apreció a la persona que tenía al lado, le dio a regañadientes la cifra en la que quedasen al principio y aire Maribel que se menea el catre. Y el otro, le daría un gorro y unas gafas y le mandaría a nadar.
De manera que como moraleja, os dejo una grandísima frase robada a mi amiga Carolina A.:

 "Te comen el pan y luego te cagan en el morral".




viernes, 30 de septiembre de 2016

¿Qué es lo que toca el corazón?

La Belleza real. 
Esta es la última campaña de Dove donde los hombres son los protagonistas. Describen las imágenes que van viendo en una gran pantalla pero gracias a un monitor cardíaco, se puede ver cómo varían los latidos del corazón de los participantes en función de las fotografías que aparecen.

Efectivamente, es el amor que todo lo puede, el único capaz de llevarte a extremos en cuestión de segundos, el que te despoja de la coherencia y raciocinio para transformar tus actos en locuras, el que tiene ese poder inconmensurable y  nos maneja a su antojo; puede hacernos felices o añicos. 
Aquello que prevalece sobre nuestra razón.
Aquello, que es ingobernable.



viernes, 23 de septiembre de 2016

Te lo cuento así o asá

Hoy, voy a escribiros sobre algo sobre lo que todos nosotros hemos pensado y comentado en inumerables ocasiones; el aparento.

Desde que existe facebook, muchos de nosotros nos hemos convertido en vendedores de alpargata de nuestros propios momentos; inventados, tuneados, ciertos y verdaderos o perdonadme por la brutalidad, más falsos que una prostituta sin venéreas. Y subimos esa  foto de la paella con cigalas en la playa, la de los pies con uñas pintadas en rojo Le Vernis de Chanel, al borde de un mar turquesa que culmina con una ola espumosa, la del hocico en plan trucha mandando un beso a sabe Dios quién ni por qué, la de un libro en cuya hoja se refleja la luz del amanecer en una masía de la Toscana...pero qué mierdas ni qué niño muerto. Y erre que erre en querer mostrar al mundo "facebookiano" lo bonito que es todo, lo monos que son los ángeles con arpas que van amenizándonos el camino a casa, la foto en blanco y negro de los niños riéndose como si no se hubiesen escupido y mordido dos minutos antes, la pantalla en el aeropuerto de tu supuesto vuelo a Bali con tus súper ocho amigas que no pesan más de 50 kilos... o sea, cosas de verdad surrealistas y distorsionadas o, cuando no  mentiras de esas que no las sostienen ni las pirámides de Egipto.
Cómo describimos nuestros viajes, nuestras navidades, nuestras cenas de amigas, nuestras excursiones al campo...qué poca vergüenza tenemos.
Es en estos momentos cuando resplandece el poder de la palabra. El cómo contamos las cosas a los demás. Los megahit de la Paramount que nos montamos. Bendito sea el Señor lo que se puede hacer y vender haciendo a las palabras una buena coreografía. Que arte tan grande, que pocas personas lo poseían y poseen, sin embargo, qué bien se nos da para vender motos, como por ejemplo, cuando contamos nuestras vacaciones de verano.
Hoy, he hecho dos versiones. Fijaros el abismo entre una y otra.

Olor a sal, brisa, campo y chuleta.

Mis hijos estaban locos de contentos cuando comencé hacer las maletas; ¡llegaban las vacaciones por fin!. En realidad esta vez fue mucho más sencillo porque la indumentaria abultaba mucho menos; bañadores, camisetas, vestidos largos y unas chaquetitas para recibir a ese fresquito del Norte en las tardes. Como la noche anterior, cayeron redondos prontito, durmiendo de un tirón después de estar todo el día jugando en la piscina, me dio tiempo a dejarlo todo organizado. Cuando me quise dar cuenta, eché un vistazo en el recibidor; ¡solo llevábamos 3 maletas!.
Salimos pronto y comimos de camino. A continuación los peques se durmieron hasta que llegamos a Bilbao.
Fue todo como mágico, como si nos diesen esas merecidas vacaciones idílicas de las películas; sol, tardes cálidas, helados de vainilla, risas con los amigos...Las amigas de mi marido son amorosas y también tenían niños con lo cual, entre todos hicieron pandi y aunque obviamente teníamos que estar pendientes de ellos, se lo pasaron genial y los papás también estábamos a lo nuestro. De vuelta a casa, veíamos caer el sol. Nos quedaba aún un ratito para que los niños jugasen antes de cenar e ir a dormir. Durante los 15 días fue increíble que no se despertasen en plena noche. Estaban tan agotados que durmieron 10 horas del tirón todos los días. Y por muy inaudito que parezca, ninguno de los dos se puso enfermo en todo el periodo vacacional. Visitamos sitios preciosos gozando de un clima veraniego y comimos como auténticos reyes. Una auténtica maravilla. Que verdad tan grande esa que dice que la felicidad está en las pequeñas cosas.

Chubasqueros, arena, tuppers y palabrotas.

"Malditos hijos del demonio, ¡¡¡¡estaros quietos!!!" así, delicadamente les escupía y bramaba yo a mis vástagos, "como no os estéis quietos os voy a dar una hostia de esas que te ponen los dos tímpanos en el mismo lado de la cabeza". Y mi hijo de siete años me miraba muerto de miedo. Y yo lanzando alaridos como una Mila Ximénez cualquiera. "Los pantalones cortos, pero también los largos, las chancletas pero también las zapatillas de deporte por si hace de calcetín de lana, la minipimer no porque cualquier humano que se precie tiene una, la olla rápida que sé que no tiene el abuelo para así hacer el puré del pequeño lo antes posible, el Dalsy, el Dexeril, el Junifén, el Lexating y el Lorazepan, todo bien, la cabra, el organillo...", joder, al final dos maletas grandes, las dos pequeñas y doscientas bolsas, así como si fuésemos a montar un puesto en un bazar indio. Y me dieron las 12 de la noche sin depilar, sin depilar nada, nada de nada, hecha un churrimindango. Nos pusimos en marcha a la mañana siguiente mientras por 9475739384751204848757575 vez, oíamos la banda sonora de la película Aviones. Al llegar fuimos a Eroski, el plan del verano. Casi todos los días marchábamos hasta Plentzia  y allí, estaban  las amigas de cuadrilla de toda la vida de mi marido  y que son un amor. Tenían niños de las mismas edades que los míos, pero el puñetero monstruo cuellicorto de mi hijo pequeño, no quería ni arrimarse al mar y la caca solo quería hacerla en el wc. Obviamente en la playa, era complicado hacer pos donde se debe. Podría haber metido en la bolsa una taza del wc porque me hubiese cabido, pero la despistada de mamá no la cogió, qué cosas se le olvidan a una. Entonces, decidí que le sentaba a descargar en el cubo de hacer los castillos. Como el pobrecito mío pasó todas las vacaciones estreñido, se pasó horas y horas sentado en el cubo que, luego había que vaciar y limpiar para seguir jugando a los castillitos. Y su hermano mayor claro, pasando de él como de clavarse un tenedor en un ojo. Y caía la tarde. Con unas ojeras de tres metros y que podrían tapar una jardinera. Todas y cada una de las noches, mi criter pequeño se despertó y estuvimos en vilo, de hecho unas cuantas veces incrustó el cráneo en el quicio de la puerta al caer rodando de la cama. 
Al día siguiente, con la misma cara de cansancio camuflada tras unas gafas de viuda italiana (le dimos vacaciones a la filipina esa quincena, es que soy muy buena persona), otra vez a empezar, a sobrellevar a eso que le llaman vacaciones, cuando es lo más parecido a sobrevivir en un campo de refugiados. A la mínima, pese a toda la ayuda de papá, yo no conseguía disfrutar del todo del tan deseado periodo vacacional,  casi todos los días me convertía en una maraña de nervios, en una mujer bipolar sin su litio, en la niña poseída por las siete plagas Egipcias. Entonces volvíamos  a llegar a la playa, con todos los aperos de labranza. Día de sol, comida sana "porloscoj" en tuppers y un día, llega el peque llorando como Shin Chan porque un niño le ha quitado la pala, entonces claro, yo con un poquito de nervio le digo " pero amor ¡no te pongas así! ¡¡ tú también juegas con las cosas de los demás!! ¡¡¡¡¡¡hay que compartir!!!!!!" y when de repente, aparece de la nada la típica señora que me dice: "hija, yo no tengo niños, bueno, solo 2 perros y 3 pájaros pero no deberías..." ¿que tienes 2 perros y 3 pájaros?  y yo la terraza metida en el salón y seis armarios empotrados y?????. Especímenes de playa a doquier.
Y, por si no teníamos pocas anécdotas en el cuaderno de bitácora, al mayor le pica un salvario en el pie. Que no es un pájaro, sino un pez-gallo que te clava la cresta en el pie y te lo trepana cual segadora. Pobrecito mío de verdad. Entonces, decidimos que nos vamos a San Sebastián unos días con la amama. Bendito sean las abuelas del mundo que como dice una amiga mía "y que nos duren muchos años". Pero como la cosa iba de pies, zas, va y el cojo se me clava en el otro pie un cristal, de tal manera que por qué no, se le infecta y se le monta un globo de vertido  en la planta. 
"¡¡¡¡¡¡Hombre qué pasaaaa (tono politono vasco de mujeraza vasca), pero si esto no te va a doler,  tienes que estar bueno para la semana grande maitea!!!!!" y le clava, una lanza termonuclear en la herida para drenar aquello que parecía un pozo séptico.
Menos mal y gracias a Dios, que estábamos con nuestra querida amama y una noche, pudimos disfrutar de una velada realmente divertida con nuestros primos. Bebimos mucho, pero como una madre puede soportar una tercera guerra mundial y una cara a cara con Belén Esteban, a mí ni fu ni fa. Total, que para salir por la puerta grande con el rabo y las dos orejas, me doblo el tobillo y me reviento los ligamentos. A si que con el tobillo más grande que la poca vergüenza de un político, un poco más recompuesta a otros niveles (que eso de ir a mesa puesta ayuda bastante) y también, con un montón de fotos realmente bonitas, volvimos de nuevo al hogar, a esta casa de locos que irremediablemente tanto amamos.

Obviamente, no fue ni de un modo ni de otro, pero cuidado como se puede versionar una misma historia.
¿Es o no es?.

P.D: El abuelo, NO tenía minipimer y yo viajando con una olla rápida en una mochila. Si es que...

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Calcetines al poder

Buenos medios días queridos gentelmans y queridas ladies mías, hoy, vamos hablar de este accesorio tan imprescindible y, con tantos años de historia. He leído que nacieron en el Neolítico junto con las primeras botas pero que la industria propiamente dicha, surgió en el año 256 a.C. en Egipto; se encontraron en una tumba de un niño y estaban hechos a ganchillo. Se componían de dos partes: una enfundaba el dedo gordo y la otra el resto. La madre que me parió con los egipcios; resulta que también fueron pioneros en la cirugía del cerebro aunque hasta el siglo XVII, no fue cuando un científico aseguró que todo se hallaba en éste y no en el corazón porque se creía, que lo que teníamos dentro de la cabeza pues era una marranada blanda. No sé como al hombre no le quemaron a lo Bonzo.

Total, que los calcetines llegaron a ocupar un puesto privilegiado incluso en la aristocracia; de hecho, en la japonesa, en la era Meiji, se convirtieron en objetos muy valiosos siendo un símbolo de status social; 2kg. de arroz valían 3 monedas y un par de calcetines 10 monedas. 

Hace ya años, éramos las chicas las que si los llevábamos de cualquier color y estampado pues como que quedaba mono; "era cosa de chicas", pero aquello ya quedó en la lejanía.
Con un atuendo formal y elegante como es un traje, se sigue tirando del binomio clásico y por siempre ganador; el negro con zapato negro y el marrón con zapato marrón. Sin embargo chicos, si los lleváis del color del pantalón, como que no hay un "corte visual" entre éste y el calcetín, de manera que estiliza y alarga (la pata, la del pantalón).

 
Pero me he fijado que ultimamente, a los tios a los que les gusta dedicar su tiempo a mimarse y vestirse bien, llevan calcetines muy muy chulos. Es como dar un toque, un puntillo a un conjunto que pueda ser sencillo o clásico y la verdad, como lo vuestro es A, B, C y D, esta clase de detalles, desde mi punto de vista, os otorga un gallifante.



A mí personalmete para un look de traje o pantalón de vestir, camisa y zapato clásico, los de topitos son los que más me gustan aunque creo, que maridan con cualquier otro estilismo (que no sea un chándal claro, no me seáis de la mafia rusa).


A si que, chicarrones míos y mujeronas mías, aquí os dejo los nombres de aquellas marcas donde podréis elegir los que más os gusten porque tienen una variedad tremenda. 

1.Mr. López. www.mrlopez.es (Dentro de lo "normal" tienen de todo lo habido y por haber. Súper bonitos).
2.Sochketines. www.socketines.com (También para chicas y peques).
3.Sockaholic. www.sockaholic.com (Originiales y muy divertidos).
4.Scalpers. www.scalpers.es (Vale, ahora me diréis de es de superhiperpijos, pero a mí las calaveras en los calcetines sí me gustan).
5.Pacific&co. www.pacificandco.com (estampados muy cañeros, vamos que se los pondría Paco Clavel. Ojo que a mí hay alguno que me mola).

Y todos ellos con un precio estupendo; entre los 7 y los 15 euros.

¿Alguna marca más que debamos conocer? Aportaciones please.

P.D: A tí marido mío ya sabes cuales te van a caer. ;-)








viernes, 16 de septiembre de 2016

Truco o trato


A las buenas medios días, bueno, como hoy es viernes, llega el finde, hace como fresquete y puedes ir en chancletas y jersey de cuello alto sin llamar la atención, como tenemos algo más de tiempo y podemos mandar a invernar a los bikinis y tirantes y también tenemos un ratillo para organizar algunas cosas por casa, os dejo unos truquillos de esos que funcionan de verdad y no esas mierdas de "¡mezclando lejía y amoniaco podrás quitar las manchas más difíciles!", así, entre signos de admiración, sin piedad ni remordimiento alguno, porque si se os ocurre llevarlo a cabo que sepáis que se os acabará cayendo la piel como el gotelé de una casa con humedades.

1. Vamos al super y nos compramos unas láminas de gelatina (de las transparentes) y un suavizante que nos guste mucho. Llegamos a casa (fundamental), y ponemos un chorrito de suavi en una cazuelita a calentar y, a parte, ponemos a remojo unas láminas de gelatina en agua fría para que se vayan ablandando.
Antes de que hierva el suavizante, lo retiráis del fuego. A continuación, lo mezcláis con las hojas de gelatina previamente escurrida. Le dais un buen meneo a todo para que se mezcle bien, entonces por último, rellenáis con la gelatina olorosa un molde de hielos. Metéis en el congelador. Cuando esté cuajadito, ponéis estos cuadraditos bienolientes en unos saquitos, o sobre un pañuelo de papel y a la, dentro de los cajones. ¿Que van perdiendo olor con el paso de los días?, los partís por la mitad. 

2. Raro es que las chicas no tengamos pastillitas de jabón monísimas por casa o resquicios de alguna. Si no, pues os compráis una. Entonces, cogemos el rallador y dale que te pego. Metemos las virutillas también en un saquito (son muy útiles esos finitos donde vienen metidos los pendientes) y los colocáis entre la ropa (esto funciona muy bien en los cajones de la ropa interior. Cuidado porque aunque nos guste mucho el olor a sandía, llevar unas bragas que huelan a Tico-Tico...ojo).

3. Siguiendo con la ropa; si al sacar los jerseys para cuando llegue el frío tenéis más de uno con pelotillas, no sólo está el rollo de pasar la cuchilla. Podéis aniquilarlas con un estropajo de esos verdes y amarillos. Frotáis en una sola dirección con la parte áspera y voilá.

4. Y para los armarios de la cocina esos donde tenemos metidos las especias y los aceites, que terminan oliendo a cocina magreví, infalible: le pincháis a una mandarina o naranja (más bien pequeña), unas ramitas de clavo y lo ponéis dentro (del armario). Cuando estéis apuntalando la mandarina, podréis comprobar el olor tan especial que despide este invento. Puede que no os guste porque es peculiar, pero desde mi punto de vista, cualquier cosa es mejor que huela a ajo-café-vinagre de módena-tomillo-laurel y papilla con galleta Maria.

5. Otra cosilla, para darle un puntillo al azúcar, podéis mezclarlo con unas ramas de canela, de vainilla, de limón o naranja y dejarlo macerar un par de días. Queda muy muy bien. Rico rico.

Se me ocurren muchos más, pero tampoco es cuestión de a laaaaaaa todos de sopetón.
Si vosotros tenéis alguno que mole, ¡compartid! que ya sabéis que compartir, es amar.

Que tengáis un fin de semana estupendo. Besos gigantosos.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Moda de otoño a exámen

Esta será una de las muy pocas entradas que haré sobre tendencias, "vestires", style, outfit, wearing y demás retailas que desde hace un tiempo se escriben y pronuncian (como se puede) en inglés; porque así como que es todo más fashion y más cool.
No me apasiona este asunto.
Con los años me he vuelto muy versátil. No me complico en absoluto; voy, ojeo con rapidez, muevo cuatro perchas y me llevo lo que me guste. Eso de "es que se lleva y como se lleva me lo encasqueto tirando por tierra mis gustos y a veces hasta los principios" no. No señoras, no. Mantegamos la personalidad.
Sí me gusta sin embargo serle fiel mensualmente a los Vademecum de la moda; Elle y Vogue. Que por cierto, he de decir que a parte de ser su objetivo principal, suele incluir reportajes y entrevistas muy interesantes.
De manera, que después de desgranar los magazines/journals de cabecera (que probablemente más de una ya os lo sepáis de sobra) vamos a ver si las mortales del día a día, aprobamos o suspendemos las tendencias:

1. Biker.
Que biker ni qué biker, la chupa de cuero de toda la vida.
El rollo pop-rock por completo, pero con matices o formado por unas cuantas prendas, creo podría ser el acierto.
¿Aprobamos? yo creo que si pero con prudencia que si no más de una acaba con imperdibles en la camiseta como si fuese una ferretería andante, con boquetes en los pantalones y vestida entera de negro en plan murciélago. Este estilo bien conjugado puede resultar divino.


2. ¡A sus órdenes!.
Prendas militares, especialmente abrigos y colores caqui sin caer en la totalidad no sea que acabemos convirtiéndonos en un chorro de agua residual.
Un abrigo cruzado, solapa y botones grandes, emulando a un Zar.
Aprobado con sobresaliente.


3. Me dejas a cuadros.
Creo que este estampado no ha dejado de llevarse nunca. Es (o me parece) tan clásico y tan ponible que siempre ha estado ahí. Sin embargo, este otoño la apuesta es muy de dandy. 
El estampado en un pantalón, camisa o blazer, correcto, sin más. Yo no quiero parecerme al profesor Moriarty e ir a comprar unos filetes de pollo hasta con un monóculo.
No nos quedemos hechas un cuadro. 
Aprobado con un bien.


4. Power flower y puntilla.
Flores en vestidos fluidos sobre todo, camisas delicadas, mucha lencería exterior, suavidad y caída en los tejidos. A las flores les pasa lo que a los cuadros; nunca se han marchado del armario. Pueden ser incluso familia. Ahora eso sí, personalmente todo este rollo del Lago de los Cisnes, tutús, satén, brilli-brilli, bailarinas con cintas bla bla bla, se lo dejo a la maravillosa Nataly Portman en el Cisne Negro.
Venga va, también te aprobamos.



5. Ciertopelo.
Purfff me cuesta, me cuesta. Personalmente me parece encajar en algún acontecimiento algo especial, manifestado en ¿un blazer? sí venga, o en un vestidazo de noche para la Gala de Nochevieja en casa de Isabel (Preysler), pero como a mí no creo que me invite, me quedo con lo primero. 
No lo tolero en las demás prendas; sorry. Y tampoco puedo evaluarte.


6. Culottes = Falda pantalón de toda la vida.
A. O te miden las piernas 1,60 cm o tienes ese puntillo de buen gusto para llevar cosas raras o solo le quedan bien a las chavalas de la foto  PUNTO.
Les suspendo y con nota en rojo.


7. Zapato de señora mayor que sale de misa.
Ya lo siento, pero tú ni con clases de recuperación; lo suspendo hoy, mañana y por el resto de los días. 
(La fotografía es actual de Zara).


8. Tapicero a tus tapices.
Nada, otro cero pelotero. El tapizao para el sofá orejero.

9. Bomber.
Una bomber...es que lo siento pero me recuerdan a los skin head. Y encima dicen textualmente las gurús de la moda "llévala sport, pero atrévete también a mezclarla con vestidos chic". Yo personalmente tengo que estar MUY borracha. Nada, fuera.

10. Chándal.
Gracias a Dios, cada vez son más marcas que hacen prendas muy remonas sin parecer a Jesús Gil antaño mientras acariciaba a su caballo. Pero aún así, hacen cada propuesta que creo que debe venir gestada de alguien que le da al LSD o, de una señora muy paleta de esas cerradas de pueblo que sin saberlo, estaban marcando tendencia con el pantalón de deporte, el calcetín blanco y tacones. Las llamadas it girl, llevan un outfit de este pelo: pantalón con sus correspondientes rallas laterales blancas así arremangaos con unos tacones y una camisa tamaño XL. Con un par.

¿Y ENTONCES CON QUÉ NOS QUEDAMOS?
Pues entre toda esta maraña modística cuyos creadores ya no saben donde viajar ni qué ver ni que sentir para encontrar inspiración, nos llevamos a casa lo de siempre; vaqueros cómodos ya sean de pata elefante o con boquetes, rectos o como nos de la gana, con miles de camisetas básicas en todas sus versiones, jerseys calentitos igual hasta con un nudito en la cintura (que también se lleva mucho) y puede que incluso alguno con estampado de leopardo, unas zapatillas blancas, un buen plumífero para los días más gélidos y un abrigo militar, calzado cómodo y acorde con nuestro día a día y mucha bufanda suave y amorosa. Y, en el fondo del armario, por si surge una ladies-marido-novio night, una camisa romántica con un toque lencero, por supuesto la incondicional blanca masculina, una chupa, tacón alto y de punta y pantalón muy ancho.
Sencilla, básica, simple, sosa, versátil.
Muy pin pan pun.
¿Quién me añade o des-añade algo?, ¿propuestas? ¿si? ¿no?.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Volvemos a empezar

Es obvio que no lo he hecho bien; si uno empieza algo, hay que continuar con ello hasta llegar al final; porque señores en esta vida todo tiene un The End.
No deberían valer los "peros", pero como es mi blog y mi entrada, hago lo que me da la gana y pongo los que quiero (y es que son verdad).
Empecé con Maránto pensando que lo mantendría vivo y me he largado durante unos meses sin proporcionarle siquiera unas tristes viandas. PERO es que, juro con una biblia en cada mano, que no me he sentido con fuerzas para escribir.
En Abril, dejé de llevar a mi hijo a la guardería de Harvard (o algo, porque de los precios de éstas ya vamos hablar pero en otro momento) y lo he tenido pegadito a mí hasta el jueves pasado. Pegado y amarrado hasta tal punto que se ha convertido en una extensión mía, éramos como uña y mugre, de hecho en el super algún día (no iba a ser en un spa) que lo he podido dejar un par de horas con otra persona, he estado al borde del infarto porque al girarme y ver que no estaba a mi lado, pensaba "este cabrón ya ha vuelto a desaparecer".
Acababa los días como si hubiese perdido media vida; con ojeras, mirada opaca, acné, mucho acné, habiendo comido las sobras del día anterior, con el pelo más fosco si cabe (siempre he dicho que hay escobas con mejor pelo que el mío), con todo el medallero olímpico alimentario en la camiseta; galletas esturrundadas, salpicotones de Nesquik, unos cuantos granos de arroz pegados cual pedrería...vamos, que acababa como el Guernika.
A si que, como para sacar el ordenador. Como para ponerme a coger el diccionario.
Y si ya, mi agotamiento iba in crescendo, llega el fin de curso y se suma mi vástago de siete años a esta etapa de subida al Chimborazo (dicen que supera al Everest en 2.000 metros). Pero así, a pelo, sin víveres y en pelota picada. Ahí tienes el reto Calleja. Si sobrevives para contarlo, serás digno del título de tu programa.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, qué meses...que periodo en Soto del Real y todo para acabar con los ligamentos deshechos del tobillo y con unos baremos sanguíneos de asco.
¿Y vosotros creéis que yo podía ponerme a escribir? yo lo que necesitaba era una transfusión sanguínea diaria.
" Qué exagerada eres" me diría más de uno y a lo mejor más de uno o una que es padre o madre, entonces es cuando me dirijo a esa persona y le contesto: "pues si tú has podido sobrevivir feliz y con una sonrisa perenne a los casi tres meses de verano sumándole el plus de un trimestre más que es el que llevaba yo de previo, y has llegado a Septiembre como si llegases de tu luna de miel, es que tú has acabado cayendo en el mundo de las drogas". 
Sin embargo, como todo llega, empiezo a recuperarme con el objetivo de volver a ser yo, de hacer un hueco en mi vida para mí misma y no solo ser la mamá de estos dos monstruos cuellicortos a los que irremediablemente quiero más que a nada en el mundo.
A si que, aquí estamos; recomencemos (de momento voy a echarme la siesta ;-)